Devocional 12.05.17
Cómo anhelamos que termine el año-sobre todo si fue un mal año. Muy dentro de nosotros tenemos el deseo y esperanza que el nuevo año traiga mejores cosas. Nuestro pensamiento es que los cambios vendrán de afuera. Sólo que no es así de simple. Para poder empezar de nuevo, necesitamos el poder de un cambio interior. Es esencial evaluar todas las cosa...s, y desechar aquellas que nos desviaron de nuestros objetivos, así como fortalecer las que nos hicieron avanzar. Es preciso redirigir todo hacia nuestra verdadera meta.
El Apóstol Pablo dijo en Filipenses 3:13-14 ...pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
¡Qué extraordinario!-y sencillo. Este es la secreto de un nuevo comienzo: Resetear nuestra dirección, y nuestros pensamientos, fijando de nuevo la mirada en nuestra meta-el supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
La meta la puso Dios, el poder para llevarla a cabo viene de él; por eso hay un poder que emana de esa redirección.
Eso es lo que vamos hacer el 4 y 5 de enero, reconsagrarnos delante del Señor, venir y vaciarnos de cargas, de planes, de agendas, y volver a ponerlo a él como nuestra meta suprema. El poder del Espíritu Santo vendrá a nosotros, experimentaremos el poder de su resurección en nuestro interior, y nos dará la fuerza del cielo para un nuevo comienzo.